lunes, 8 de agosto de 2011

Amiga.

A mi mejor amiga no la conocí en el colegio, ni una noche de fiesta, ni en la universidad.
A mi mejor amiga la conocí dentro de una caja de cartón, hace poco más de once años.
Desde ese momento pensé que estaría siempre conmigo, que cuando tuviera mi casa, se vendría conmigo.
Sería vieja, la perra más vieja del mundo, rompería el record guinnes. Son absurdos pensamientos de mi yo de 10 años de edad.
Pero no.
Ahora se marcha, y no es consciente de ello. Dieciséis de agosto es la fecha para su billete, sólo de ida.
Estos pocos días que le quedan, me voy a dedicar a ella, porque nunca le ha importado mi forma de ser, mi temperamento, mis éxitos o fracasos.
Ella simplemente ha estado ahí, sentada a mi lado mientras miro las estrellas, tanto las noches heladas como las abrasadoras.
Adiós, mejor amiga.

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