miércoles, 3 de noviembre de 2010

Termino.

Podía coger tus bonitas manos,
y besar tus preciosos párpados.
Abrir todas tus puertas
y llamar a tus buenos amigos.

Pero todo terminó.

Puedo atar tus bonitas muñecas,
y cerrar tus preciosos ojos.
Golpear todas tus puertas,
avergonzarme de tus buenos amigos.

Porque todo ha terminado.

jueves, 7 de octubre de 2010

Siete

Aún no encuentro palabras para describir lo que empecé a sentir aquella noche.
Podría llamarlo amor, pero sería injusto decir que fue tan dulce.
Fueron celos, envidia, irritación y, por supuesto, deseo.
A veces tengo miedo,
temo que el día a día a su lado tan solo sea un sueño del que tarde o temprano tendré que despertar.
En un mundo tan miserable su luz era demasiado cegadora.
Por mucho que extienda la mano, aún ahora, algo me dice que jamás llegaré a alcanzarlo.

martes, 14 de septiembre de 2010

Analizo

y veo tantos restos de ti, en mi.
En mi forma de hablar, mi forma de hacer, mi forma de ser.
Es tan repelente que me resulta encantador.
Y por eso te echo un poco más...de menos.
Y por eso te odio un poco más, sólo un poco.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Pregunto.

Porque a veces ocurre, en un determinado momento.
Camino por la calle, hacia algún lugar, supongo. Yo, al igual que cientos, miles de personas, en esta ciudad.
Y entonces ocurre, una mirada, y ese sentimiento de autorreferencia que me hace mirar.
Es en ese contacto, sus ojos con los míos, cuando en mi mente se pronuncian decenas de preguntas, en apenas unos segundos.
¿Quién eres? No me refiero sólo a su nombre. ¿Qué ha ocurrido en tu vida? ¿Quién te ha querido? ¿De quién te has enamorado tú? ¿Cuántas veces te han roto el corazón? ¿Cuántos rompiste tú? ¿Qué música te gusta? ¿Viajas? ¿Qué esperas de tu vida, de ti mismo?
Quizá podríamos ser amigos. Quizá...¿algo más?
Me gustaría tanto saber, conocer.
Pero entonces él desvía la mirada, yo desvío la mía. Nos cruzamos, cada uno hacia su destino.
Y yo, sin respuestas, consciente de que no volveré a verlo nunca más.

Empiezo

Empiezo, sin saber por dónde empezar.
Pienso, sin saber qué pensar, en quién pensar, pensando en lo que siento.
Porque siento, sin sentir nada por nadie, sin tener a nadie por quien sentir.
Empiezo, y entonces camino, hacia ningún lugar, sin ningún destino, sólo porque mis pies me obligan a andar.